La capital húngara presenta siempre varias caras. Una es conocida con sus principales
monumentos que la convierten en una de las ciudades más bellas de Europa. Otra
es más íntima y menos convencional, llena de gente joven, propuestas culturales
de vanguardia, restaurantes a la última y lugares que el turista no espera.
Aquí proponemos diez cosas que solo pueden hacerse en Budapest. Son una pequeña
muestra de una ciudad que siempre sorprende.
1.-
Pintar o ver como pintan el Puente de las Cadenas.
Es el icono perfecto que une las dos antiguas ciudades de Buda y Pest,
es también el más bello de los diez puentes que cruzan la ciudad y
probablemente de todo el curso del Danubio. Ahora, además, se ha convertido en
el modelo ideal para los aficionados y profesionales del óleo y la acuarela que
tratan de plasmar sus encantos desde la orilla o compiten en concursos de
pintura rápida. Desde ahí, al borde de las aguas, adquiere una nueva dimensión,
con el espectacular telón de fondo del Palacio Real y otros edificios
señoriales de Buda. De regreso a la parte alta del puente puede tomarse el tranvía
2 que por un precio insignificante brinda el mejor recorrido de toda la orilla
del Danubio.
2.-
“Estrellarse” contra el Parlamento con una motora vertiginosa.
El recorrido en barco por el Danubio contemplando la ciudad, tanto de
día como de noche, es un clásico en Budapest. La novedad ahora es hacerlo a
bordo de una súper motora de lujo con madera de mahogany y asientos de piel,
mientras se toma un vino o una copa de champán. La primera parte del recorrido,
río abajo, trascurre mansamente mientras se escucha las notas del Danubio azul
de Strauss, y aunque en esta parte no es tan azul, resulta relajante. Pero el
regreso es otra cosa. Con música heavy, la lancha acelera y comienza a dar
volantazos, sorteando algunos de los pilares de los puentes, para terminar en
una embestida brutal contra el Parlamento... que, por supuesto, gira en el
último momento. Lo organiza Dunarama (www.dunarama.hu).
3.-
Bañarse en un balneario a ritmo de discoteca.
La visita a uno de los muchos balnearios de Budapest es imprescindible,
especialmente a los monumentales Széchenyi y Gellért o en los tradicionales y
decadentes Rudas y Király. Pero las "artes termales" también
evolucionan. Ahora es posible, por ejemplo, disfrutar de un baño íntimo para
dos personas en una sala privada del Gellért con sauna, champán y frutas (www.sp.gellertfurdo.hu). También varios de
ellos (Gellért, Széchenyi, Rudas...) proponen para la noche del sábado una
combinación de baño termal y discoteca con música en vivo o DJs, copas y...
bañador, naturalmente (www.spartybooking.com).
4.
Saborear un buen gulash... o aprender a hacerlo.
Aunque Hungría cuenta ya con cuatro restaurantes con estrella Michelin
(hace un año eran dos) y la gastronomía en el país y sobre todo en la capital
ha evolucionado y se ha modernizado, la cocina tradicional sigue manteniendo su
fuerza y dentro de ella sin duda la estrella es el célebre gulash, palabra que
significa "vaquero" y marca su origen en las grandes extensiones de
la Gran Llanura. El plato popular, que se tomaba directamente de la marmita, se
hace con carne (originariamente de caballo, aunque ahora se suele utilizar
ternera), patata, cebolla, pimiento y, sobre todo, la típica paprika. Un buen
sitio para disfrutarlo es en la parte alta del Mercado Central (Nagycsarnok),
una verdadera joya arquitectónica y el mayor de Europa, donde se amontonan más
de 200 puestos en los que se venden productos típicos como foie, pimentón,
salami, vino y artesanía. En la planta superior hay pequeños locales que sirven
comidas de diversos tipos y un gran autoservicio en el que se puede aprender a
hacer el guiso como un auténtico chef.
5.
Tomar una copa en un bar ruinoso... y horas después hacer la compra allí.
La noche húngara es mucho más marchosa de lo que se imagina. Tal vez lo
más sorprendente y nuevo en la ciudad (aunque llevan ya algunos años abiertos),
son los llamados "bares-ruina" o "ruin-bar" (<<http://ruinpubs.com>>) situados, como su
nombre indica, en locales ruinosos con una decoración ecléctica y cutre pero
con mucho ambiente y con copas a 2 ó 3 euros; la mayoría están en el barrio de
Erzsébetváros y en el Barrio judío. En ocasiones ocupan edificios completos con
muchos ambientes a cual más chocante. El más antiguo y representativo es
SzimplaKert (<>), elegido por Lonely Planet como el tercer mejor bar de
Europa. Si se quiere ser auténtico, hay que pedir un pálinka, el aguardiente
húngaro, o un chupito de Unicum, un licor amargo elaborado con 40 hierbas de
distintas zonas del país. Lo curioso del lugar es que los domingos, apenas unas
horas después de que se hayan ido los más trasnochadores, se monta un simpático
mercado ecológico. Por cierto que el bar escogido por Lonely Planet como el
mejor de Europa también está en Budapest: es el A38 Hajö (www.a38.hu),
un buque de transporte ucraniano de 1968 decomisado, que se ha reinventado como
local de música en directo y sala de exposición. Está en la orilla de Buda,
junto al puente de Petön.
6.
Sorpresas en el subsuelo de Buda.
Una de las visitas más curiosas que se puede hacer en Budapest es el
museo del Hospital in the Rock (www.sziklakorhaz.eu),
excavado bajo la colina de Buda aprovechando cuevas que ya existían, es una
larguísima galería con diversas habitaciones que sirvió de hospital en la II
Guerra Mundial y durante la revolución del 56. Después cerró
"oficialmente", pero continuó funcionando durante la guerra fría sin
que la gente lo supiera y permaneció preparado para atender a la población en
caso de ataque nuclear. Hoy se muestra tal y como era con la ayuda de 100
figuras de cera que representan a médicos, soldados, heridos y enfermeras junto
al equipo médico original. También algunas de las 160 cuevas del subsuelo de
Buda pueden visitarse. Pál-völgy (www.dinpi.hu) es
la segunda cueva más grande de Hungría, con 19 km. de longitud. Es famosa por
sus estalactitas y también por sus murciélagos. Hay una ruta de unos 500 metros
que puede hacer todo el mundo, pero también puede hacerse una aventurera
excursión de 3 horas desde la cercana cueva de Mátyáshegy, solo apta para
quienes no tengan claustrofobia... y estén plena forma.
7.
Ver las mejores películas... desde la cama de un cine.
Como Budapest no para de innovar, las sorpresas se suceden. Una de las
últimas es la puesta en marcha del primer cine con camas de Europa, el Buda Bed
Cinema (<<http://budaeg.com>>), que
se ha instalado en un centro comercial que llevaba 10 años cerrado y la
inversión ha servido para revitalizar todo el complejo. Los espectadores pueden
ahora disfrutar de las películas tumbados, sin que falten las almohadas.
Además, se usan tejidos especiales fáciles de limpiar, ya que la higiene es
fundamental. El cine no proyectará estrenos, sino más bien clásicos. A primera
hora de la tarde es el turno de las familias, mientras que los dramas y las
comedias tienen lugar después y a última hora de la jornada llega el momento de
las películas de terror. La entrada para usar una de las camas cuesta 18 euros.
Puede utilizarse individualmente o como máximo por dos adultos y dos niños de
menos de 10 años.
8.
Comer y beber a cualquier hora del día o de la noche
En Budapest causan furor los famosos strudells austriacos o alemanes que
aquí se conocen como rétes, pero los húngaros dicen que los suyos son mucho
mejores y más finos. Se preparan con manzana pero también con ingredientes como
requesón, amapola, guindas, pollo, jamón, col, etc. En el Reteshaz Strudel
House (<<http://reteshaz.com>>)
preparan los mejores y se puede ver cómo los hacen, moldeando la masa con el
rodillo hasta que forma una sábana enorme y muy flexible. También están de moda
las catas de spritzel, el buen vino blanco húngaro que se toma... con sifón. Un
buen lugar para probarlo es el Egykettó borbár (www.egyketto.eu),
un restaurante de cocina vanguardista con un ambiente supermoderno, muy
sofisticado y a la última. Aunque si lo que se busca es ambiente y gastronomía
durante todo el día, lo mejor es el popular patio Gozsdu, un complejo de bares
y restaurantes que se encuentra en el centro del distrito con mayor vida
nocturna de toda la ciudad y garantiza un ambiente de fiesta cada noche.
Gracias a su amplia selección de restaurantes, bares, cafeterías y discotecas y
su equilibrada mezcla de visitantes bohemios y cosmopolitas, el patio de Gozsdu
atrae cada año a más de un millón de personas con ganas de disfrutar de una
buena comida rápida y variada acompañada de una de las mejores cervezas
artesanales del país en el Spíler Bistropub (www.spilerbp.hu/index_en_or.php),
rodeados de una curiosa decoración mezcla de diseñadores de muebles locales,
mercadillos, viejos almacenes y antigüedades acompañados por música pop &
rock durante la cena y DJ los fines de semana para terminar la velada. Si lo
que se busca es algo más exótico, Spíler Shanghai (www.spilerbp.hu/index_en_sh.php)
es la elección idónea, restaurante, club, bar todo
en uno, con una cocina asiática de calidad, de China, Tailandia, Japón y
Singapur. Ambiente relajado, gente cool, terraza cubierta en invierno,
asombrosa música electrónica pinchada por un DJ los fines de semana e incluso
un bar secreto donde celebrar fiestas privadas.
9. Recorrer lo más destacado de la ciudad en
tuk-tuk.
Puesto en marcha hace algo más de un
año, el servicio de recorridos por la ciudad en tuk-tuk, Budapest Tuk Tuk
(<<http://budapesttuktuk.com>>),
está siendo todo un éxito. Solo pueden llevar dos pasajeros que eligen el
recorrido que quieren hacer, o seguir algunas de las rutas turísticas
convencionales que suelen combinarse con atractivos gastronómicos. Por ejemplo,
puede subirse al Castillo y tras una hora y media de paseo, disfrutar de una
carne artesanal gratuita y una tabla de quesos con una botella de vino rosado.
10. Y disfrutar de todo ello por menos de 40
euros.
Lo bueno de todo lo que Budapest ofrece
y que solo en esta ciudad se puede disfrutar es que llegar hasta allí es fácil
y muy barato. Según el buscador de vuelos Jetcost (www.jetcost.es) la mejor opción para viajar a
Budapest es hacerlo con la compañía de bajo costo Wizz Air (<<https://wizzair.com/es>>) que tiene
vuelos directos a la capital húngara desde varias ciudades españolas (Alicante,
Barcelona, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca y Tenerife) desde 39,99 euros por
trayecto.
Más información:
Oficina Nacional de Turismo de Hungría
Tel.: 915 569 348
Facebook: Hungría Sorprendente
No hay comentarios :
Publicar un comentario