El restaurante del chef Marcos Olazabal da la bienvenida al otoño con una serie de propuestas culinarias con carácter sociable y sabor intenso que premian a los amantes del queso.
Ha llegado el tiempo de recoger las terrazas y tomar asiento cerca de las chimeneas. El mejor maridaje con el otoño es la Raclette de Cabaña Marconi, uno de los platos estrella para las mesas de comensales numerosos que comparten sabores de altura.
El origen de la Raclette remonta al cantón suizo de Valais, donde el queso hecho de leche cruda de vaca se derretía en una cazuela acercándolo a unas brasas que lo fundieran. El restaurante del Encinar de los Reyes lo sirve con mini patatas cocidas y embutidos y lo acompaña con una botella de Pétalos del Bierzo, uno de los mejores vinos de España según la opinión de los expertos, y que gracias a sus aromas de moras, arándanos y frutos del bosque, se marida perfectamente al sabor intenso del queso fundido.
Otro plato sociable y rico en calorías que el antiguo merendero a un paseo de Madrid ofrece a sus comensales es la Fondue de Queso servida en el típico Caquelon como dicta la tradición suiza del norte de los Alpes. El origen del plato nacional suizo se encuentra en las costumbres de los pastores que fundían trozos de queso viejo y lo derretían en una mezcla de huevos y mantequilla como cuenta Alexander Dumas padre en el Grand dictionnaire de cusine de 1873.
La versión moderna de la Fondue de Cabaña Marconi no lleva huevos y funde cuatro tipos de quesos maridados con una botella de Balcón de Gondes, un delicado Albariño cuyo sabor recuerda las brisas del Atlántico y crea un contraste ideal para los paladares más atentos.
También la carta de postres de Cabaña Marconi es una oda al pecado quesero. La Tarta de Queso con culis de frambuesa natural es la mejor manera de saborear el encanto de un restaurante con pasaporte sueco y vocación internacional.
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