El Sendero de los Aduaneros [a pie]
Con 2700 km de costa en los que se alternan bellas playas
con rocas escarpadas y puertos pesqueros, Bretaña ofrece numerosas opciones
para disfrutar de sus paisajes andando, en bici o en kayak. Os presentamos una
selección de 10 rutas para descubrir tanto la costa como el corazón de Bretaña.
El canal de Nantes a Brest [a pie o en bici]
El bosque de Brocéliande
[en bici o a pie]
El GR® 34 conocido como el « Sendero de los Aduaneros »
recorre más de 1800 km de las costas bretonas. Esta ruta, exclusivamente
practicable a pie, permite, sin perder el mar de vista, descubrir los paisajes
más famosos de Bretaña. Esta ruta recorre la Bahía del Monte Saint-Michel, la
costa de Esmeralda, la Costa de Granito Rosa, las rías al norte de Brest, la
península de Crozon, la costa de Cornualles, la Costa Salvaje y los suaves
paisajes del golfo del Morbihan.
Desde la emblemática ciudad de los Duques de Bretaña,
Nantes, el canal de Nantes a Brest recorre todo el interior de Bretaña hasta la
ciudad de Brest. Esta vía de 364km, construida a principios del siglo XIX
atraviesa algunos de los más bellos Pequeños Pueblos con carácter de Bretaña
como Malestroit o Rohan, abadías seculares como la abadía de Bon-repos y
fortalezas medievales como la de Josselin. Los más deportistas recorren las
sirgas del canal en una semana mientras que los amantes de la contemplación disfrutan
de sus suaves paisajes. Los Montes de Arrée [a pie]
Al amanecer, en la cumbre de los montes de Arrée, los
paisajes de esta parte más desconocida de Bretaña tienen una luz especial que
guarda los misterios de las landas del interior de Bretaña. Con varios niveles
de dificultad, los más de 250km de circuitos señalizados recorren valles
boscosos y cimas afiladas. Dentro del Parque Natural Regional de Armórica, esta
tierra salvaje protegida alberga también el reino legendario del Yeun Elez que
se puede descubrir gracias a los paseos que se organizan al amanecer con guías
cuentacuentos. Según la leyenda, en este lugar se abren las puertas del
infierno, donde existió un lago sin fondo, hoy escondido, que se traga las
almas condenadas.
Brocéliande es un gran terreno de juegos para los
senderistas que aprecian caminar por los bosques. En total, son casi 200
circuitos señalizados que combinan senderos forestales y caminos de sirga sin
mucho desnivel. Al pasear bajo sus árboles centenarios, uno revive sus famosas
leyendas con la esperanza de cruzarse
con Merlín, el hada Viviana o algún duendecillo. Para descubrir los secretos de
este lugar lleno de magia, existe la posibilidad de adentrarse por el bosque
acompañado de un cuentacuentos que convertirá este paseo en una experiencia
inolvidable.
Las islas Glénan [en kayak]
Este archipiélago, que algunos llaman el Tahiti bretón, es
un auténtico paraíso natural. El kayak de mar es el medio de transporte ideal
para bordear las 7 islas y descubrir sus calitas de aguas cristalinas y sus
largas playas de arena blanca. Cuando se van los barcos con los últimos
turistas hacia el continente, empieza la expedición en kayak de mer por las
islas Glénan. La trnquilidad de la reserva natural permite conocer a los únicos
habitantes del lugar, los cormoranes y las gaviotas antes de disfrutar de una
parada privilegiada en la isla desierta Saint-
Nicolas y regresar al puerto de Sainte-Marine.
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