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sábado, 31 de mayo de 2014

Los ecos medievales de la provincia de Salamanca

La provincia de Salamanca guarda en sus dominios una serie de pequeños destinos que no se pueden pasar por alto durante una escapada o un viaje. Algunos de ellos, como Ciudad Rodrigo, San Felices de los Gallegos o el Real Fuerte de la Concepción, hoy convertido en hotel, se encuentran ligados a un escenario histórico de contiendas como es la frontera con Portugal. Estos tres puntos del mapa salmantino tejen una escapada ideal para cualquier fin de semana del año, combinables, además, con otras numerosas posibilidades del territorio.


Ciudad Rodrigo es conocida como ‘la estrella de la frontera’. Se trata de una de las 13 localidades de Salamanca declaradas como Conjunto Histórico, y en cuanto el viajero cruza alguna de sus puertas entiende por qué: una ciudad fortificada cuyas murallas aún muestran elementos romanos, medievales y rasgos típicos del sistema abaluartado del siglo XVIII. Entre su amplio patrimonio, que los visitantes descubren paso a paso por sus recónditas calles y plazas, destacan conventos y edificios de carácter religioso, palacios señoriales y muestras de arquitectura civil como acueductos, puentes u hospitales.

A unos 30 minutos hacia el norte se alza San Felices de los Gallegos, otro Conjunto Histórico que, en este caso, se enclava en una de las comarcas turísticas más interesantes de Salamanca y, en definitiva, de Castilla y León: el Parque Natural de Arribes del Duero. Rodeado por una inusitada riqueza paisajística, este pueblo emana poderosos recursos históricos, arqueológicos, monumentales y culturales. La huella del feudo medieval se percibe en cada esquina de su pequeño trazado, ya que apenas alcanza los 500 habitantes.


El tercer vértice de este triángulo histórico es el Real Fuerte de la Concepción, ubicado en Aldea del Obispo, localidad fronteriza enclavada a unos 30 minutos de ambos Conjuntos Históricos. Sobre un leve promontorio, Felipe IV ordenó levantar esta impresionante fortaleza para que el ejército del Duque de Osuna librara las batallas con Portugal. Un escenario bélico que décadas después adquiriría Lord Wellington, haciéndose con una victoria que provocó el inicio de la retirada francesa de la Península.

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