Le Tarn, la región francesa única por su diversidad

Le Tarn es uno de los departamentos franceses que componen la región de Mifi-Pyrénées. Situado al norte de los Pirineos y en el sur de Francia, debe su nombre a un río cuyo nacimiento tiene lugar en un agreste paisaje, uno de los más impresionantes de toda Europa. Albi es una de las ciudades más importantes de esta región gracias a su riqueza histórica y cultural como se puede ver a continuación.

La ciudad de Albi alberga desde 1922 el museo dedicado a las obras de Toulouse-Lautrec, el famoso pintor y cartelista francés que destacó por su representación de la vida nocturna parisiense de finales del siglo XIX. En el museo se encuentra la mayor colección de obras suyas en el mundo. Para los más aficionados al artista, es donde mejor se puede conocerlo a través de sus obras. Para celebrar los 150 años de su nacimiento el comité de turismo del Tarn propone una visita a la exposición temporal sobre el pintor que tendrá lugar en otoño de este año y varios circuitos para descubrir los lugares donde vivió.

Otra manera de conocer el Tarn es seguir la Ruta de los pueblos “bastidas” con nombres españoles o la Ruta del Pastel donde se presenta la planta Isatis tinctoria, que de aspecto ordinario, hoy que se utiliza como tinte y se le llama el azul de Francia. Pero si se prefiere saborear la ciudad de Albi lo mejor es pasear por el encanto de sus calles y descubrir sus preciosos rincones como la catedral de Santa Cecilia, de estilo gótico único, completada en los siglos XV y XVI, por una decoración interior excepcional ya que posee la mayor superficie de pinturas murales de Europa. Albi también es muy apreciada por sus tiendas al mismo tiempo que se descubre su aspecto cultural gracias al Centro de arte LAIT y al Museo de la Moda. Y si se quiere descubrir los alrededores de Albi qué mejor que el “Canal du Midi” o “Canal Real del Languedoc” que refleja la voluntad y el poder de Luis XIV, que decidió unir el mar Mediterráneo con el océano Atlántico gracias a una vía navegable. Esta obra de arte fue realidad por Pierre-Paul Riquet y ha remodelado el paisaje, adquiriendo una gran identidad física, patrimonial y cultural.