El Castell d’Empordà es un guardián de la herencia cultural de España. Un edificio que alberga restos románicos de la edificación gótica del siglo XIV y una torre barroca del XVI. El documento más antiguo en el que se cita el castillo está fechado el 18 de marzo de 1301. En 1413 la familia Margarit adquiere el castillo mediante un pacto matrimonial. En 1973 el artista Salvador Dalí intentó comprar el castillo como regalo para Gala a cambio de obras de arte, propuesta que fue denegada. Y después de estar abandonado durante más de 18 años, el castillo continuó escribiendo páginas en su historia gracias al empresario Albert Diks y su mujer Margo que compraron el castillo en ruinas en 1999 para convertirlo en el hotel de 4 estrellas que reina en la actualidad.
El empresario Albert Diks cumplía así su sueño de la infancia, el de comprar un castillo. De niño siempre viajaba a España en caravana con la familia por vacaciones. Durante el viaje Albert se quedaba asombrado con el paisaje del Empordà, prometiéndose a sí mismo que cuando fuera mayor y ganase dinero se compraría un castillo. Promesa que en el 1999 se hizo realidad y obtuvo un castillo rodeado de olivares mediterráneos, un bosque de encinas centenarias.
HABITACIONES
El hotel cuenta con varios tipos de habitaciones, en total 38.
Encontramos 8 Habitaciones Castillo, construidas con materiales tradicionales. Su decoración combina con un incomparable gusto la historia española con exquisitos materiales de todas las partes del mundo. Habitaciones calidad enriquecidas con objetos recolectados por Albert y Margo durante sus viajes.
Una Suite Pere Margarit, la suite del Castillo con una sala d’estar clásica. Pere Margarit, quien durante algún tiempo fue dueño del Castell d’Emporda, fue la inspiración del diseñador Menno Kroon que tras estudiar la vida y viajes de este capitán que viajó junto Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, diseño una majestuosa ambientación para esta exclusiva suite.
Seguimos con 8 Suites Jardín, habitaciones de estilo contemporáneo con una superficie de 58 metros cuadrados divididas en un romántico dormitoria y una acogedora sala de estar. El amplio cuarto de baño se inspira en el “hammam” oriental, con profusión de mármol y una bañera para dos con vistas panorámicas. La responsable de la decoración de estas habitaciones Cristina Gabàs, ha utilizado los colores característicos del Ampurdán dotando a las suites con una extraordinaria sensación de formar parte del paisaje, incluso con las puertas de los balcones cerradas.
Y por último las 3 habitaciones Torre, con unas vistas fantásticas del Empordà y una terraza privada. El lugar más algo del hotel que ofrece una vista panorámica de 360 grados.
Restaurante Chef Romain Valicón
El chef Romain Valicon se formó en las cocinas Lyonesas de los conocidos chefs Paul Bocuse, Christian Têtedoie y Gilles Maysonnave.Continuó su carrera profesional en el Caribe, donde fue chef de SLH Tortuga Bay, en Punta Cana, donde uno de los propietarios es Julio Iglesias. Allí cocinó durante varios años para estrellas tan famosas como Catherine Zeta-Jones et Michael Douglas, Will Smith, Richard Gere, Shakira y Anna Wintour. Después de su estancia en el Caribe, decidió volver a Europa y ha escogido Castell d’Empordà para continuar su experiencia culinaria. Cocina mediterránea actual y de mercado, elaborada con productos frescos de su huerto y de granjas y puertos de la zona.
Sala Napoleón
El hotel Castell d’Empordà dispone de cuatro salas de reuniones y eventos con un excelente servicio personalizado, tecnología de vanguardia y un diseño exclusivo.
La sala Columbus, con tres grandes ventanales con vistas al campo de olivos, la sala La Cova, una sala abovedada de piedra del castillo original, la Terraza del Drac, una fantástica terraza con vistas a la plana del Empordà y el secreto mejor guardado la Sala Napoleón, una sala llena de historia, mapas pinturas y el tesoro del castillo y de Albert, la maqueta a escala de la Batalla de Waterloo más grande de Europa, 18m2 de maqueta, con 3.000 soldaditos pintados a mano.
La historia de Albert con el mundo napoleónico comenzó a sus 10 años, cuando descubrió un diario de su tatarabuelo, un veterano de la Grande Armée de Napoleón. Tras leer el diario su curiosidad por este personaje y la historia afloró y fue entonces cuando pintó su primer soldadito de plomo. Finalmente lo que era un hobbie se ha convertido en la maqueta de La Batalla de Waterloo más grande de Europa.
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