Cuando se visita por primera vez Verona (o por tercera o cuarta) sale al paso enseguida la Casa de Julieta, un palacio gótico con su célebre balcón y con la estatua en bronce de la heroína en el patio, con el pecho derecho desteñido y sobado ya que al parecer tocarlo da suerte en el amor... y con miles de papelitos (al menos no hay candados) con nuevos nombres de enamorados y corazones atravesados por flechas. También, un poco más lejos, puede visitarse la mismísima tumba de Julieta y con algo de imaginación se descubren los lugares de las peleas entre las dos familias y los de los encuentros furtivos de los amantes. Todo, naturalmente, es imaginario pero, aquí se puede emplear una de las frases más típicas y utilizadas del italiano: “Se non è vero, è ben trovato”.
Pero Verona es mucho más que el escenario de una de las historias de amor más reconocidas mundialmente. Su centro histórico es Patrimonio de la Humanidad, y tiene una fuerte herencia romana. La Arena del siglo I es su ejemplo más grandioso, pero también conserva el impresionante Puente de Piedra, los restos de dos puertas de acceso a la ciudad y un Teatro romano al que se llega cruzando a la otra orilla del río Adigio. Tampoco falta la esencia medieval, con palacios, iglesias y, cómo no, su catedral.
Pero su Arena es sin duda una de sus citas obligadas, especialmente para presenciar en directo alguna de las óperas que tienen lugar desde el 19 de junio al 6 de septiembre. El Festival de Ópera en la Arena di Verona se remonta a hace más de 100 años, en 1913, con el estreno de Aida organizado por el tenor veronés Giovanni Zenatello y el empresario Ottone Rovato para conmemorar el centenario del nacimiento de Giuseppe Verdi. Durante más de un siglo (a excepción de dos breves interrupciones durante las dos guerras mundiales), cada verano el anfiteatro romano se transforma en el mayor teatro de ópera al aire libre del mundo.
Las obras elegidas cada temporada suelen ser bastante populares. Un total de 54 representaciones que este año traerán 54 seis óperas inmortales, donde como no podía ser de otra manera en Verona, abundan las historias de amor, muchas de ellas trágicas: Nabucco, Aida, Tosca, Don Giovanni, Il Barbiere di Siviglia y, naturalmente, Romeo et Julieta, además de dos galas especiales: Roberto Bolle and Friends y Carmen Gala Concert, con los momentos más destacados de la ópera de Bizet, y el gran regreso de la impresionante Carmina Burana.
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jueves, 4 de junio de 2015
Ni Romeo y Julieta se perderían la programación de la Arena de Verona
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