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sábado, 16 de noviembre de 2013

Descubre y vive la Selva de Irati vestida de otoño

Descubrir los encantos de la Selva de Irati es un placer en cualquier época del año, pero hacerlo en otoño es un auténtico regalo para los sentidos. La estación más bucólica ofrece al viajero estampas inolvidables: bosques cubiertos de alfombras de hojarasca y hayas centenarias que tiñen de ocre y amarillo los mágicos paisajes del Pirineo navarro. Pero además de mostrarnos su belleza, el segundo abetal más extenso de Europa nos invita a conocer su pasado a través de paseos en BTT o andando, como el nuevo sendero interpretativo Errekaidorra, que muestra cómo se usaban los recursos forestales de Irati.


El mejor consejo para descubrir este paraíso es hacerlo con tiempo, sin prisas, perdiéndose por los múltiples rincones que atesora y que sirven de morada a personajes mitológicos como las lamias o el Basajaun o señor del bosque. Tampoco hay que asustarse si, entre sus árboles de más de 60 metros de altura, aflora un sonido estremecedor. Es la berrea, un ruido largo y profundo que emiten los ciervos machos en la época de celo. 

Uno de los paseos más atractivos es el sendero interpretativo Errekaidorra, un sencillo recorrido de menos de diez kilómetros puesto en marcha recientemente que parte de las Casas de Irati y en el que el visitante descubre cómo se usaban los recursos forestales para producir mástiles, remos, muebles o carbón vegetal. Durante el trayecto, se puede contemplar la diversidad de su flora y su fauna y ejemplos de las vías férreas y los sistemas de cables que llegaron a usarse para extraer parte de la riqueza natural de los bosques.


Existen numerosos senderos que permiten valorar los encantos de este entorno natural privilegiado. Dos de los más recomendables son los de Anbulolatz y Azalegi-Ermita de San Esteban, que parten del área de acogida de Arrazola. Ambas rutas se adentran en los bosques típicos del Irati y ofrecen magníficas vistas de la Selva, especialmente el que llega hasta la cima de Azalegi (1.165 metros). Más llanos y accesibles son los recorridos que parten desde el pantano de Irabia.

Otra opción igualmente interesante es recorrer Irati en bicicleta. Existen 16 rutas BTT balizadas de diferentes dificultades y durezas, con más de 400 kilómetros ciclables. Cuatro de las 16 rutas balizadas parten del área de acogida de Arrazola, pero también hay rutas que se inician en las Casas de Irati; en Pikatua, junto al Centro de Esquí Nórdico de Abodi; y en el lado francés, en los Chalés de Irati (Zuberoa).

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