En los últimos años el café de Panamá ha obtenido un merecido reconocimiento a nivel internacional, convirtiéndose en un símbolo de calidad para el país y su imagen en el exterior: hoy es considerado como uno de los mejores cafés en el ámbito mundial. La variedad de café arábiga Geisha, es reconocida en el mundo del café como la más sobresaliente en aroma y sabor.
El Geisha panameño ocupa el segundo puesto de los cafés aromáticos más caros del mundo tras la variedad indonesia Kopi Luwak. De hecho, en 2014, el café especial Geisha de Panamá ha vuelto a establecer un nuevo record mundial en precio, alcanzando el coste de casi 500 euros por 460 gramos y duplicando el valor registrado en 2010. El lote más cotizado, Esmeralda Special Natural, de la hacienda La Esmeralda en Boquete, se cultiva a 1.650 metros sobre el nivel del mar en una extensión que no supera las 100 hectáreas de cultivo.
Desde sus inicios, la industria del café en Panamá ha estado ligada a esta comunidad, quienes han trabajado en los cafetales en las faldas del volcán Barú. De ellos se han aprendido las técnicas de cosecha que aseguran la obtención de un grano óptimo. Su método de cultivo sostenible y el proceso de cuidada selección y recogida manual de los granos son esenciales para la obtención de un café único y especial, producido con los frutos más maduros, frutos rojos, y en su forma perfecta.
La acidez cítrica y la dulzura prolongada que se percibe desde su fragancia y aroma constituyen las cualidades distintivas de esta variedad de café de las montañas de Chiriquí que ofrece un perfil de sabor inigualable y una taza con carácter. Exhibe un matizado pero intenso aroma floral y de jazmines y una distintiva y a la vez delicada acidez balanceada con brillos de vino blanco y notas de bayas, mango, papaya y mandarinas que le confiere el nombre de champán del café.
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