Este mártir español recorrió las calles de Cerezo del Río Tirón tiñéndolas
de historia. Historia que se ha seguido escribiendo desde su muerte. Saltando
unos años en el tiempo llegamos a la ruta romana de la localidad. Iglesias,
puentes e incluso un castillo empapan la ciudad con gotas del pasado. Durante
el siglo X, los romanos edificaron el majestuoso Castillo de Cerezo, una fortificación que jugó un papel importante en la línea defensiva
junto a Pancorbo, Grañón y otros municipios. Hoy podemos pasear por sus ruinas y
sentir las pisadas de los romanos defendiendo su territorio.
Como no podía ser de otro modo, las iglesias cobran especial importancia en
Cerezo del Río Tirón. Hasta tres históricas capillas pueden contemplar los
visitantes de la localidad. Los restos de la Iglesia de Nuestra Señora de la Llana, cuya portada románica fue
trasladada a Burgos, datan del siglo XI. Junto al castillo se hallan los restos
de la Iglesia de Nuestra Señora de
Villalba, conservando la Torre del Reloj, que está fechada en el siglo XVI.
De la arquitectura del siglo XVIII se guarda la Iglesia San Nicolás de Bari, un edificio neoclásico con tres naves
que albergan numerosos retablos traídos de diferentes ermitas que hubo en el
pueblo.
Otra de las peculiaridades que se pueden encontrar en este rincón de la
provincia de Burgos es su nevera
medieval o pozo de hielo, como también se conocían estas ingeniosas obras
de arquitectura. Se trata de un pozo excavado en la tierra que permite la
conservación de diferentes alimentos. Numerosos vecinos, especialmente de clase
alta, de la localidad y lugares colindantes acudían a esta pieza de ingeniería
a depositar los alimentos que más tarde necesitarían para que conservasen sus
condiciones y poder aguantar una temporada.
Para conectar a las gentes de la valerosa localidad, los romanos
desarrollaron varios puentes. Aún se conservan dos, lo que prueba la buena
calidad con que se diseñaron. Uno de ellos, el puente de San Ciprián, sorteaba el arroyo Rudera, y el otro se
erigía sobre el Río San García.
Ambos aportan un toque singular al pueblo y permiten, tanto a sus gentes como a
sus visitantes, pasear por ellos y recorrer lustros y lustros de historia en un
mismo paseo por la ruta romana.
El carácter de sus gentes, forjado a través de la
historia por la que han pasado diferentes culturas (musulmana, romana…), ha
propiciado que esta localidad tenga una importante tradición minera. Una de las profesiones más duras es el pan de
cada día para varios habitantes de Cerezo del Río Tirón. De sus minas se extrae
principalmente sulfato sódico, utilizado como desecante en laboratorios
químicos así como en detergentes.
Para no perder detalle y escuchar la historia que
cada uno de los rincones de este pueblo cuenta, se ha formado un grupo de guías voluntarios. Este grupo
busca que todos los visitantes puedan contemplar la localidad en todo su
esplendor, conociendo cada mágica historia, cada leyenda, que puedan
maravillarse y enamorarse de Cerezo del Río Tirón.
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