En primavera la Selva de Irati se muestra exuberante. Las hayas y los robles recuperan sus hojas y sus cimas se tiñen de un verde intenso que enamora a cuantos las recorren. Un buen punto de partida para descubrir los encantos de sus bosques es el centro de acogida al visitante las Casas de Irati, un espacio que ofrece información sobre su amplia oferta de senderos así como exposiciones y servicios de hostelería. Además, los aficionados a la bicicleta disponen de 16 rutas BTT de diferentes dificultades y durezas que discurren por sus cuatro valles.
El segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra de Alemania, vive en primavera una transformación mágica en sus 17.000 hectáreas situadas en la cabecera de los valles pirenaicos de Aezkoa y Salazar. Sus bosques y collados se vuelven de un verde intenso y sus arroyos recuperan su máximo caudal.
Uno de los senderos más atractivos de este entorno natural es el sendero interpretativo Errekaidorra. Con un recorrido de 9.830 metros que parte de las Casas de Irati, muestra cómo se usaban los recursos forestales para producir mástiles, remos, muebles o carbón vegetal. Además, durante el trayecto se puede contemplar la diversidad de su flora y su fauna y las vías férreas o los sistemas de cables que llegaron a usarse para extraer parte de la riqueza natural de los bosques.
Además de a pie, una forma ideal de descubrir la Selva es con bicicleta. Los aficionados a las dos ruedas disponen de un centro BTT con 16 rutas balizadas de diferentes dificultades y durezas que recorren sus cuatro valles: Aezkoa, Salazar, Cize y Soule. En total, más de 400 kilómetros ciclables.
Los amantes del deporte también quedan satisfechos. El 18 de mayo tendrá lugar la II Media Maratón de Irati, con un recorrido de 21 km y partiendo de la Casa de Irati. El 14 de junio, además, se celebra la marcha cicloturista Irati Xtrem, de 128 km con ocho puertos de montaña que bordea la Selva.
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