Un recorrido por la Filipinas de la UNESCO |
Cuando pensamos en Filipinas, lo primero que nos viene a la mente son playas de ensueño, rincones para perderse y gente acogedora. Pero Filipinas es mucho más que eso, es gastronomía, es diversión, es naturaleza y es cultura. Una opción interesante para visitarla es descubrir las huellas naturales y culturales de este país a través de los lugares elegidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Parque marino del Arrecife de Tubbataha, en Palawan, es uno de ellos, una superficie protegida de casi 100 mil hectáreas con tres atolones y una zona de alta mar. Este espacio ha sido reconocido por la biodiversidad marina ya que contiene especies claves como ballenas, delfines, tiburones, tortugas y peces Napoleón.
Los ecosistemas del arrecife contienen más de 350 especies de corales y casi 500 de peces. La reserva protege también uno de las últimas colonias de anidamiento de aves marinas de la región.
Las Iglesias Barrocas de Filipinas también han sido reconocidas por la UNESCO como Bien Cultural en el año 1993. El sitio consta de cuatro iglesias situadas en las ciudades de Manila, Ilocos Sur, Ilocos Norte e Iloílo. La primera de ellas fue construida a finales del siglo XVI por los españoles. Todos estos monumentos son representativos de un estilo arquitectónico resultado de la reinterpretación del estilo barroco europeo por parte de los filipinos y chinos que participaron en su construcción.
Las Terrazas de arrozales de lfugao fueron declaradas como Bien Cultural en 1995 entrando a formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Desde hace 2000 años, el pueblo Ifugao viene construyendo en las montañas terrazas perfectamente adaptadas a las curvas del relieve para cultivar el arroz.
El Parque Nacional del río subterráneo de Puerto Princesa, en Palawan, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990 por su valor universal y ecológico, así como por la increíble belleza natural que alberga el lugar. Al paisaje cárstico de este parque se suma un río subterráneo sorprendente, el río subterráneo navegable más largo del mundo (8,2 kilómetros) que parte de una espectacular cueva para desembocar en el Mar del Sur de China.
El Parque Nacional del río subterráneo de Puerto Princesa, en Palawan, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990 por su valor universal y ecológico, así como por la increíble belleza natural que alberga el lugar. Al paisaje cárstico de este parque se suma un río subterráneo sorprendente, el río subterráneo navegable más largo del mundo (8,2 kilómetros) que parte de una espectacular cueva para desembocar en el Mar del Sur de China.
La Ciudad histórica de Vigan, Patrimonio de la Humanidad, se encuentra en la isla de Luzón, en la región de Llocos y es la capital provincial de Llocos Sur y fue inscrita como Bien Cultural en 1999. Fundada en el siglo XVI, la ciudad de Vigan es el ejemplo intacto del urbanismo colonial español en Asia.
Su arquitectura es un exponente de la confluencia de elementos culturales procedentes de otras regiones de Filipinas, así como de China y Europa. Esa confluencia ha dado como resultado la configuración de un paisaje urbano excepcional y de una cultura sin igual convirtiéndose en la ciudad colonial mejor conservada de Asia.
Por último, está el Santuario de vida salvaje de la cadena del Monte Hamiguitan, en Davao Oriental, la última incorporación realizada por la UNESCO en el año 2014. La amplitud de sus alturas, que van de los 75 a los 1.637 metros sobre el nivel del mar, ofrece un hábitat excepcional terrestre y marino para numerosas especies de animales y plantas. En el Monte Hamiguitan descansa el único bosque protegido de Filipinas y en ella conviven numerosas especies protegidas así como ocho especies endémicas de flora y fauna.
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